Cuando hablamos de pareja desde un enfoque sistémico, podríamos decir que está conformada por individuos procedentes de familias distintas, que deciden vincularse afectivamente para compartir un proyecto en común, dentro de un espacio propio que excluye a otros pero que interactúa con el entorno social (Juan Luis Linares, 2022).

Para cada uno de los integrantes de la pareja, la familia de origen será a veces un modelo, una guía a seguir en cuanto a creencias, valores, costumbres, normas y mandatos; también, la apertura para dialogar, resignificar y procesar información. Por lo tanto, en una pareja nos encontramos con dos personas que pueden tener diferencias sustanciales, así como pueden tener características en común.

En la terapia trabajaremos en base a dichas diversidades buscando la complementariedad de la pareja, buscando un modo de integrar ambas partes de una manera flexible para lograr comprender la diferenciación con el otro y reafirmase uno mismo.

El énfasis de la terapia desde una perspectiva sistémica radica en lo comportamental, es decir en las conductas que lleva a cabo la pareja y lo que se relata en el espacio terapéutico.

En base a los procesos y necesidades individuales, preguntarnos ¿Cómo experimentan lo que les está sucediendo? y ¿De qué modo les afecta emocionalmente la problemática que traen al consultorio?

Luego de los primeros encuentros, donde se ponen en juego factores conductuales y emocionales, es importante poder recabar información de la historia familiar de cada uno y de la historia de la pareja en conjunto.

Para enriquecer la pareja desde esta mirada teórica, es fundamental buscar la flexibilidad y adaptación a los cambios que surjan durante el proceso terapéutico, junto a una participación activa, respetuosa, equilibrada, responsable y compartida de los integrantes.

¡Les esperamos para una primera consulta!

Franca Azarian Rodríguez

Lic. en Psicología, M.P. 14550

Especialista en Terapia de Parejas