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¿Qué es el autodesarrollo evolutivo?

Es el proceso a través del cual me hago plenamente consciente y responsable de las creaciones mentales, sensitivas, comportamentales y materiales (en lo que llamo mundo concreto) y puedo identificar mi participación en ellos.

Entonces, ¿para qué me sirve este proceso? ¿qué finalidad tiene el mismo?

Dejar de observar el “mundo que llamo real” como ajeno e independiente a mi y comprender que el origen de todos y cada uno de los conflictos, desequilibrios, síntomas, malestares, etc. es interno y me pertenece. A eso, llamamos responsabilidad. Apropiarnos del origen de la información, nos ayuda a reversionar nuestra propia historia sin sufrimiento, sin sacrificio ni exigencias hacia los demás y hacia nosotros mismos y, sobre todo, nos coloca como protagonistas absolutos de nuestra propia vida.

Ahora bien, ¿cómo trabajamos este proceso de apropiación de nuestros propios pensamientos, sentimientos y comportamientos?, incluso (¡y me animo a decir aún más!) aquellos que nos generan profundo dolor.

Te lo cuento con un ejemplo de acompañamiento real a una consultante. Uno de los motivos de consulta de profunda angustia que manifestaba la misma, era que no podía tener contacto afectivo con su hija de 9 años, situación que le causaba dolor y culpa. La descripción era “yo quiero abrazarla, darle cariño, pero te juro que no puedo”.

Indagando en la historia de la consultante, aproximadamente a la edad que tiene su hija, había experimentado una situación de abuso intrafamiliar, donde había asociado en su mente (pensamiento) y en sus sensaciones posteriores (corazón) que el contacto físico mamá – hija era peligroso. Entonces, para proteger a su hija de ese peligro – y su consecuente dolor -, evitaba tomar contacto con ella, es decir, inconscientemente, la estaba protegiendo.

Ante la mirada de los demás -y la propia también-, la situación (el comportamiento) era incomprendida, generando culpa y dolor a las participantes de la escena descripta, pero resignificando el propósito de la conducta (efecto de sus creencias y sensaciones antiguas asociadas adquiridas en su infancia), la consultante pudo comprender que, confundidamente, intentaba proteger y cuidar a su hija para evitar que ella, pasara por el mismo lugar de dolor y descuido que ella había experimentado.

¿Qué podemos concluir a través de este ejemplo?

  • Que siempre somos creadores de la realidad que vivimos, aunque la mayoría de las veces desconocemos la finalidad o el propósito de esa creación porque está reprimida y es inconsciente.
  • Que no podemos juzgar las reacciones y/o comportamientos del otro porque no comprendemos sus argumentos de base.
  • Que conocernos nos hace libres para crear nuevas historias y cambiar el curso de la propia información.

 ¿El autodesarrollo evolutivo es para todas las personas?

Como dijimos, el autodesarrollo evolutivo es un proceso que permite modificar la perspectiva de una situación experimentada como dolorosa, estresante, conflictiva, bloqueante, etc. que requiere estar “en disposición” para recibir y comprender mi propia autoría en la situación, desplazando la mirada desde el hecho, personas, comportamientos externos hacia mis pensamientos y sensaciones interiores. Dicho de otra manera, es un regalo que podemos hacernos todas las personas, pero debemos darnos el permiso de profundizar en nuestro mundo interno, soltando la culpa y la responsabilidad depositada en los demás sobre el curso de nuestra propia experiencia de vida. ¿Es fácil? no, pero es posible y altamente efectivo.

Te invito a transitar por ese camino… ¿te animás?

JULIETA BATTISTINI 

Lic. en Psicología M.P. 5277

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